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Alicia de Benito, fisioterapeuta de Yummy Mummy, analiza en HOLA los beneficios del masaje abdominal durante el embarazo.
MASAJES EN LA TRIPA A LA EMBARAZADA, ¿CONOCES SUS BENEFICIOS?
Masajear el abdomen de la gestante mejora su bienestar tanto físico como mental, pero, además, puede ayudar en el parto. ¿De qué forma debe hacerse? ¿Desde cuándo se recomienda? ¿Cuáles son todas sus ventajas a lo largo del embarazo?
El abdomen es una de las zonas que más modificaciones experimenta en el embarazo. El bebé y los órganos que lo sustentan van creciendo y esto puede dar lugar a una serie de molestias.
Alicia de Benito, fisioterapeuta de la Clínica Yummy Mummy, nos da las claves sobre estos masajes.
¿Qué dolores puede aliviar durante el embarazo?
El masaje abdominal mejora los dolores en el pubis, en las dorsales, el dolor costal, las lumbalgias. Todos aquellos que se deriven del esfuerzo que hace el abdomen por adaptarse a los grandes cambios del embarazo, donde hay una gran “transformación corporal y postural de la mujer, facilitada por la impregnación hormonal y por necesidades posicionales del bebé”, explica la experta.
Además, al final de la gestación es muy común que aparezca congestión pélvica, una sensación de tensión en la zona del periné o una presión por tener al bebé encajado. Aquí, este masaje puede ser de gran ayuda.
También puede contribuir a mejorar la capacidad respiratoria de la mujer, que se va viendo mermada, pues cuando la tripa comienza a crecer, el espacio torácico se compromete y muchas mujeres notan ahogo y falta de aire. “Mediante el masaje abdominal trabajamos la zona diafragmática para mejorar esta sensación”, destaca. Todo ello sin olvidar que es una ayuda para que la gestante no pierda funcionalidad en sus actividades cotidianas y que “aumenta los niveles de oxitocina, gracias al momento de calma y confort que genera el masaje ”.
¿Cómo ayuda de cara al parto?
El masaje abdominal no es solo útil en el embarazo, sino que también es beneficioso en relación al parto. Así, “ayuda a tener un mejor trabajo de parto, mejorando el estrés de la musculatura abdominal”, indica Alicia de Benito.
En algunos casos, este masaje facilita que el bebé que no está bien colocado de cara al parto se pueda girar. “Una de las causas cuando un bebé viene de nalgas es el exceso de tono en la musculatura abdominal”, aclara. “Estas tensiones hacen que el bebé tenga menos espacio para moverse libremente y, en consecuencia, girarse”. Así, el masaje abdominal lo que trata es de relajar esas tensiones y facilitar el movimiento del feto.
¿Cuándo empezar y hasta cuándo está aconsejado?
Este masaje se incluye dentro de un tratamiento individualizado en el que antes hay que valorar a la embarazada. Se trata de estudiar previamente sus características anatómicas y las adaptaciones que experimenta su cuerpo.
¿Desde cuándo se puede realizar?
Habitualmente, el masaje abdominal se inicia en el segundo trimestre del embarazo. “En el primer trimestre, el abdomen no ha crecido lo suficiente. Los mareos y náuseas son más frecuentes, por lo que evitamos movilizar la zona abdominal para no generar mayor malestar”.
¿Hasta cuándo está aconsejado?
En el segundo y tercer trimestre se puede realizar en cualquier momento, hasta el final del embarazo, “incluso cuando el cuello del útero está empezando a ablandare, acortarse o dilatarse, no hay problema en seguir realizándolo, ya que no afecta al inicio del parto”.
¿Hay contraindicaciones para realizarlo?
Si el embarazo está considerado de riesgo, hay que consultar la conveniencia de realizarlo, según el caso. Pero, como normal general, no hay contraindicaciones. “En los casos en que notamos que el bebé se mueve mucho más de lo normal, o que el comportamiento cambia, dejamos de hacer el masaje, pero no por contraindicación alguna sino por no molestarlo”, resalta.
¿Cómo se lleva a cabo el masaje abdominal?
El masaje abdominal se realiza con técnicas manuales y se puede acompañar de un aceite natural.
“Antes de empezar, pedimos permiso a la mujer embarazada, colocamos las manos en el abdomen y esperamos unos segundos a que el bebé se vaya adaptando”, detalla la especialista. Luego, comienzan con movimientos muy suaves y lentos. Siempre con tracciones manuales de fuera hacia dentro “para dar estímulos a la musculatura abdominal de cierre (ya que el abdomen sufre mucha distensión en el embarazo)”.
La presión y la tracción se van adaptando en función de la zona tratada. De hecho, el masaje abdominal va acompañado de ejercicios de movilidad costal, dorsal, pélvicos y de activación muscular.
La posición ideal para realizarlo sería con la mujer boca arriba (se coloca un cojín bajo las rodillas para no forzar la zona lumbar), pero si no está cómoda se puede hacer colocada de lado, postura en la que también se puede trabajar toda la musculatura de la espalda.
“La idea es que este masaje sea agradable para la mujer embarazada, que sienta liberación y alivio al realizarse, pero en ningún caso dolor”, recalca la experta.
Lee la entrevista completa aquí: Así benefician los masajes abdominales en el embarazo (hola.com)
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